Creo que no lo lograre…
Él es mejor que yo, mejor no lo desafío…
¡AH, soy malo con las letras, nunca aprobaré!
A lo largo de la vida, y no solo universitaria, muchas veces
nos sentimos abatidos, cansados, y queremos dejar las cosas atrás para
sentirnos libres. O pasa lo contrario; tenemos el afán de terminar tan rápido
lo que nos proponemos que hacemos todo mal
para luego quejarnos y desmotivarnos a terminar dicho trabajo, o meta.
La perseverancia, es nuestra mejor arma y aliada en la lucha
para lograr nuestros objetivos. No por ver una meta lejos vamos a tirar la
toalla y rendirnos fácilmente, hay que aprender a trabajar para conseguirlo, a saber
superar los obstáculos que se nos presentaran a lo largo del camino, y no
permitirnos que nuestra motivación sea apagada y opacada por la desesperación y
la angustia.
Debemos hacer las cosas a nuestro tiempo, determinación, y
siempre con esmero.
¡Buena reflexión!
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